Se ensordeció la madrugada y no oyó,
sus pasos alejándose.
Se nublaron las estrellas
de la noche,
y no le vio partir.
Le buscó , tendiéndole sus manos
y no le encontró.
El alba le susurró su dramática despedida,
su trágico adiós.
Y ella supo… que ya
no nunca regresaría.
Gracias por vuestras lecturas y comentarios.
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